Fruta de la Pasión ¿placer o sufrimiento?
Hay distintas versiones sobre la procedencia de su nombre “Fruta de la pasión”. Una de ellas se refiere a la “Pasión de Cristo” donde pasión, significa sufrimiento más que placer. La fruta de la pasión o maracuyá tiene su origen en América del Sur, y cuando los misioneros españoles la vieron por primera vez, pensaron que sus flores representaban la Pasión de Cristo en la Cruz, porque las flores tienen tres clavos, cinco heridas, una corona de espinas y los apóstoles. Unas flores realmente extraordinarias.
También ronda por ahí una leyenda urbana según la cual si le das una fruta de la pasión a una chica | chico despertarías su deseo… la verdad, esta me gusta bastante más…
Aunque yo creo que se llama así por la pasión que despierta su sabor en tu boca jajaja.
Os dejo por aquí, algunos datos importantes que debéis saber acerca de este producto:
“La maracuyá” es la planta y el fruto es “el maracuyá”, de ahí muchas veces la confusión al hablar de esta fruta. La flor es hermafrodita; tiene momentos en los que es hembra y otros en los que es macho. Pertenece al género Passiflora y su fruto es comestible.
En la provincia de Granada, aunque os rompa los esquemas de fruta súper exótica, hay maracuyá de toda la vida, lo que ocurre es que siempre ha existido como planta ornamental, ya que es preciosa. Es una enredadera de flores muy llamativas.
Como para todos los productos tropicales producidos en nuestra Costa Tropical, es decir, en un clima subtropical, las condiciones climatológicas favorecen el crecimiento de la maracuyá, que precisa de cierta humedad y de 320 días de sol al año y una temperatura media en torno a los 20º de la que también disfrutamos nosotros y todos sus habitantes y visitantes y como ya sabéis las montañas de Sierra Nevada protegen nuestros cultivos de los vientos fríos del norte en pleno invierno favoreciendo su crecimiento.
La fruta de esta planta es una baya oval o redonda, de entre 4 y 10 cm de diámetro, fibrosa y jugosa, recubierta de una cáscara gruesa de color púrpura y no comestible. La pulpa contiene numerosas semillas pequeñas. Cada unidad suele pensar entre 80 y 120 gramos. El color presenta grandes diferencias entre variedades; la más frecuente en los países de origen es amarilla o naranja. Su punto de maduración óptimo, cuando la piel púrpura está muy arrugada, vamos… cuando piensas que está para tirar… es cuando está increíblemente buena para comer.
La planta puede durar unos 10 o 15 años y es a los 3 años cuando empieza a estar a pleno rendimiento, que es cuando está frondosa. Es peculiar hasta en la floración, tiene dos, una que empieza en el mes de Mayo y su recogida es a finales de Julio, principios de Agosto y la segunda que empieza en Septiembre y se recoge a finales de Diciembre, principios de Enero. ¡Así que preparaos para la siguiente temporada!
Para conservarlo en casa, muy importante, el maracuyá debe madurar a temperatura ambiente y refrigerar en una bolsa de plástico. También podemos congelarlo extrayendo toda la pulpa.
Qué contaros de sus propiedades nutricionales y medicinales que mejoran notablemente la salud.
La fruta de la pasión aún juega un papel importante en la medicina de América del Sur. Por ejemplo, en la medicina tradicional peruana su jugo es utilizado para combatir infecciones urinarias y como diurético suave. Las tribus brasileñas utilizaban la fruta de la pasión como tónico para el corazón y como medicina, y también fabrican una bebida frecuentemente utilizada para tratar el asma, la tos convulsiva, la bronquitis y otras toses recurrentes. En otros lugares las hojas de muchas especies de passiflora -la planta de la que surge la fruta de la pasión- han sido utilizadas durante siglos por las tribus como un tónico calmante o sedante, puedes comprar una tintura de pasiflora para calmarte… aunque ¡cuidado! porque si te bebes el bote entero te sentirás un poco como “drogado…
Cuenta con una alta concentración de minerales como hierro, magnesio, fósforo, potasio y cobre y también contiene importantes cantidades de vitaminas A, C B2, B3, B6 y ácido fólico. Por aquí os dejo una lista de los beneficios que obtenemos consumiendo este fruto:
Produce alivio en situaciones de asma
Ayuda a bajar de peso
Ayuda a combatir los radicales libres
Mejora la digestión
Ayuda a combatir el estreñimiento
Algunos de sus compuestos tienen propiedades antibacterianas
Ayuda a reducir el colesterol malo
Ayuda a prevenir el cáncer
Ayuda a mejorar la capacidad visual
Ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares
Favorece el sistema inmunitario
Se recomienda para los diabéticos y para recuperar en los tratamientos de quimioterapia.
¡Qué más podemos pedir! Y encima está buenísimo.
Y por último, os cuento cómo podemos disfrutarlo… ya os adelanto, que de mil maneras:
Al natural como fruta fresca, obviamente, pero también en batidos, mezclada con yogurt o en repostería. Para hacer postres, hay infinidad de recetas a las que incorporar el maracuyá como ingrediente estrella. También se ha puesto de moda en la coctelería, todavía apetecen bien fresquitos. Realmente se puede utilizar prácticamente para todo, incluida la preparación de salsas, jaleas y jarabes. E incluso podemos hacer granizado de maracuyá, del cual os dejo la receta más abajo, muy muy fácil y sana para los más peques y los que no somos tan peques…
Si queréis probar muchas de las formas de degustarlo, os recuerdo que podéis hacerlo en Finca el Edén. Vente a vivir una experiencia con nosotros y elige como la prefieres, al natural, en elaboraciones, en cócteles… y ya sabéis que aparte de degustarlos te vas con la lección aprendida para que dejes con la boca abierta a tus invitados.
Os esperamos, Ángela Luzón